FELICES SUEÑOS, REYNALDO CABALLERO CACERES.
En la sala de urgencias dormía un paciente. Por los altavoces llamaban a los enfermos que debían pasar a los respectivos consultorios. Pasaban las horas y este paciente dormía tranquilamente, las personas que esperaban en la sala sentían como envidia. En una sala de urgencias la tensión es alta. Llegó una ambulancia con un hombre totalmente quemado. Un muchacho hablaba por el celular y se expresaba en inglés. El vigilante se acercó al señor que dormía, lo llamo, lo movió y dijo: está muerto. Cerré los ojos y ore por este ciudadano que partió a los jardines del más allá. Luce una cachucha con el aviso de una floristería.
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