EL ACORDEON POR LA TIERRITA. REYNALDO CABALLERO CACERES.
Corría el año de 1967 siendo gobernador de Boyacá Carlos Eduardo Vargas Rubiano quien era conocida su afición por el acordeón desde el año de 1.938 cuando tenía 18 años de edad. Tocaba para sus amistades tangos y algún vallenato se escuchaba salir del Club Boyacá. Escribió un libro que se titula” Memorias con mi Acordeón”.
Por esa misma época se conocía en Tunja la presencia de los hermanos Zuleta quienes llegaron un día a estudiar en el Colegio Boyacá y continuaron sus estudios en la UPTC; estudiaban agronomía y soñaban con cultivos de algodón y de arroz en las sabanas del Cesar. Celebraron el Día de la Independencia de Cartagena un 11 de noviembre y los estudiantes de la costa y de los santanderes, desfilaron por la “vuelta al perro” en zorras prestadas y alquiladas y ese día se escuchaban las guacharacas, los timbales, las cajas y el acordeón de Emiliano Zuleta. En las horas de la madrugada Tomas Alfonso Zuleta”Poncho” y su amigo Ruben Espeleta se montaron en el caballo de Don Simón Bolívar y taloneando los ijares del caballo, gritaban: ¡vámonos para Valledupar!, ¡vámonos para Villanueva!”.
El frio de Tunja, las altas montañas, la neblina de la mañana, llenaba de tristeza los corazones de los estudiantes que venían de lejos y el recuerdo de la madre, de la novia y el calor que hacía falta era la inspiración para poetas, y enamorados. Emiliano en las noches frías de Tunja compone “Mis vacaciones” la cual es tocada por Alfredo Gutiérrez en el año de 1967.
“El que quiera sufrir guayabo, que se vaya a estudiar muy lejos, para que vea lo que es el recuerdo de un amor que no se ha olvidado. Emiliano le sucede, cuando se va para para Boyacá, no tiene quien lo consuele, su único remedio es llorar” (Emiliano Zuleta).
Para esta fecha ya se escuchaba el acordeón en Nobsa, el cual llego por el año de 1957 traído por Rafael Antonio Barragan. Según comentan en el restaurante de los trabajadores de Cemento Boyacá a la hora del almuerzo se oyen vallenatos y paseos para que los obreros descansen del trabajo y su mente vuele por los sitios de las canciones. Son de buen apetito y cuando deja de oírse la música gritan:! pongan música! y golpean con la cuchara la mesa.
En el año de 1970 invitaron a los hermanos Zuleta y al grupo de danzas de la UPTC a presentarse en Nobsa . La delegación de la universidad fue numerosa y dicen que rompieron corazones.
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