ASALTO BANCARIO CON PERFUME DE MUJER
POR REYNALDO CABALLERO CACERES
Alrededor de una mesa en una oscura cantina, se encontraban
libando cinco delincuentes los cuales eran felices por que el asalto realizado
a un banco de la ciudad había sido un total éxito. Las noticias radiales
informaron durante el día, de la osadía de los delincuentes y el boletín de la
policía informaba que la cuantía robada
es de cincuenta millones de pesos. El asalto fue planeado minuciosamente. A las
once de la mañana cortaron el cable de la alarma y de la cámara que trasmiten
la señal al comando de la policía. A las once y diez segundos entraron al banco
tres sujetos con revólver en mano. Uno de ellos lleva una chaqueta de vigilante
privado...Es de anotar que el banco no contaba con vigilante. Llevan cascos de
motociclistas con números de motos alterados. A las once y treinta segundos
cierran la puerta del banco y empiezan a saquear las cajas amenazando con un
destornillador. Los cajeros oprimen la alarma, la cual no suena, ya sabemos
porque. Se retiran con tranquilidad y aborda cada uno una moto, las cuales se encontraban estacionadas frente
al banco. Abandonan una granada para asustar a los clientes, que a la postre
resultó ser el envase de un perfume conocido como Pino Silvestre.
Los delincuentes cuentan
anécdotas del asalto y uno de ellos recuerda que una señora le dijo:
-! No me robe la pensión! y él le respondió: ¡ muy poquita,
abuelita! y le dio un fajo de billetes.
Un anciano les comentó:
-Compren una casita, no se la gasten en borrachera!.
El jefe de la banda contó que solo habían robado veinte
millones y la radio informa que fueron cincuenta.
-Hacen falta treinta, ¿donde están?.
Cuatro delincuentes juraron por los huesos de la mamá, otro
por los huesitos de la hija muerta hace unos días por una bala perdida, que
ellos no habían cogido ni un billete.
-
¡Ojala sea así, de lo contrario se ganan un tiro
en la nuca!
Esa noche el gerente del banco se
tomó unos aguardientes en el club con los amigos de siempre y sonrió por que
los treinta millones con que había desfalcado al banco, todavía no los habían
descubierto, los agregó al asalto bancario.
Los delincuentes durmieron felices y al otro día pasaron por
el banco y uno de ellos comentó:
-Aquí trabaja uno más ladrón que nosotros, que Dios lo
bendiga, porque colaboró con el robo gritando:
-¡Tranquilos, no disparen, cojan lo que puedan, nadie se mueva¡.....
El banco quedó perfumado.
El gerente ese día había cambiado billetes buenos por billetes falsos y esos fueron los
que se llevaron los ladrones. En el maletín que entró el gerente los billetes
falsos, sacó los buenos. Colorín colorado este cuento se ha acabado.....
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