Salio de la ducha y dio un grito al mirarse en el espejo: el cabello se volvió blanco y largo hasta los tobillos. La abuelita al verla así le dijo :rápidamente entre al baño y ore, pida perdón, diga tres padre nuestros, no debió bañarse un Sabado Santo. La muchacha así lo hizo y todo volvió a la normalidad.
"CUENTOS AL AMANECER" POR REYNALDO CABALLERO CACERES.
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