domingo, 13 de diciembre de 2015


INFINITO
Fui hasta el infinito,
allí estabas tú,
jugabas con una estrella y la pintabas de azul, 
escuché tu voz,
era un canto de amor
lleno de luz;
girabas alrededor de los miles de soles y lunas,
no había oscuridad,
el relámpago era creador de nuevos mundos;
las mariposas verdes cubrían los mares,
el colibrí era un mago
llamando a los seres de todos los planetas,
el tigre corría veloz por las inmensas llanuras del cielo,
un niño sonreía al paso del huracán,
los milenarios árboles de las selvas sin nombre
cubrían las tierras
y las constelaciones brillantes
del diamante eterno.
A este lugar
llegan todos los seres inventados por la imaginación,
la noche no existe y el día no tiene fin.
Vuelan de norte a sur
con las alas de colores
las guacamayas mensajeras de los dioses
y de oriente a occidente
las almas con las alas trasparentes
de las hermosas libélulas.
Arriba no existe, abajo tampoco,
la curva del tiempo se repite una y otra vez,
no hay pasado, ni presente, ni futuro,
solo existe el amor.
REYNALDO CABALLERO CACERES.

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