domingo, 17 de julio de 2016



EL LIMOSNERO DEL TEMPLO.
Cuando entró a la iglesia observó a un limosnero parado en la puerta quien sonrió y pidió una moneda. Después de orar, de pedir por la salud de todos los miembros de su familia, mucha suerte en los negocios, de prometer arreglar la torre de la iglesia si es el ganador de la lotería, salió contento y le dio una moneda de cien pesos al limosnero. No la recibió y dijo que le diera una de mil pesos, que con cien pesos no compra un pan. Es buen negocio pedir limosna dijo el visitante de la iglesia, buen negocio. Le vendo el puesto comento el limosnero, al día se hace mínimo cincuenta mil pesos, le dejo el vestido que es especial para limosnear, huele a mugre, está roto, en los bolsillos hay pan, también le dejo los zapatos con huecos, huelen mal, especial para pedir limosna. Este sitio está acreditada por veinte años de estar pidiendo una monedita, no paga arriendo, ni agua, ni energía, conoce a todo el pueblo y vive feliz, contento, alegre, vale un millón de pesos y ya se lo dejo.
CUENTOS AL AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES

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