jueves, 2 de junio de 2016



LLEGO LA HORA.
Todos los días entraba a la funeraria y preguntaba si ya era hora de su sepelio y siempre le respondían todavía no, le avisamos con tiempo para que sea cumplido, pero siga viniendo y manténgase al día en el seguro exequial, no se deje atrasar. Aquella mañana lo llamaron y le informaron que ya era hora. Ese día habían traído a la funeraria a un señor que tenía el mismo nombre, era su tocayo quien había partido a causa de un accidente en su moto. Asistió al sepelio y dándole tres golpes al ataúd le dijo: me tocaba a mí pero el tocayo se adelantó, ahora debo permanecer aquí en esta tierra unos cien años

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