Entró a un cajero automático a retirar lo último que tenía en su cuenta de ahorro. Son cincuenta mil pesos para comprar el mercado para la familia. Después de seguir las respectivas instrucciones, empezaron a salir billetes de cincuenta mil. Contó un millón de pesos, rápidamente retiró su tarjeta y salió a un café a tomar un tinto y a pensar qué hacer con ese dinero que no le corresponde. Pensó y pensó largo. Fue al banco donde tiene la cuenta e informó lo sucedido en el cajero y que venía a devolver el dinero. Después de investigar este particular caso le dijeron que todo ese dinero le correspondía que el banco premiaba su rectitud y lo condecoró como el mejor cliente.
REYNALDO CABALLERO CACERES
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