martes, 30 de diciembre de 2014





EL SUICIDA

En el pueblo cuentan el caso de un hombre que desde su nacimiento quiso suicidarse. Su única razón
 de vivir era quitarse la vida. Soñaba a todo momento con el fin y estaba seguro que al fallecer se iba 
derecho al cielo. A todos sus familiares, a los amigos les contaba que había escrito una larga lista de 
formas de suicidarse. Había pensado en mil formas de hacerlo, desde el clásico envenenamiento, de 
darse un tiro en la cabeza, la de ahorcarse, de lanzarse a las ruedas de un tracto camión, acostarse
 en una vía férrea y esperar el paso del tren, de lanzarse a un abismo, de ahogarse en un caudaloso 
río, la de cortarse las venas; los conocidos le contaban de otras maneras y efectivas de morir sin 
dolor. Llegó a escribir mil maneras de quitarse la vida, y a cada forma le hizo una real descripción y 
dibujos a color explicativos para no fallar. También contenía entrevistas con personas que habían 
intentado suicidarse pero que por alguna razón habían fallado, a familiares de suicidas. El personaje
 de este cuento murió de puro viejito, antes se confesó, y donó su libro sobre el suicidio a una editorial
 y los derechos de autor para sus seis hijos que nunca creyeron que su padre se quitara la vida sino 
que era una manera de vivir de un tema muy conocido en la tierra.

REYNALDO CABALLERO CACERES

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