Eran las tres de la mañana y salió a tomar un bus para Bogotá. La neblina y el frío cubrían las calles. Apareció la figura de una bella mujer vestida de rojo la cual sonreía y flotaba en la niebla. Saco del bolsillo trasero del pantalón un pequeño espejo y le mostró al fantasma la Virgen de Guadalupe la cual estaba estampada por detrás del espejo. Se asombró de ver la bella dama la cual sonreía. Despertó en medio de la calle cuando salió el sol. Juro no volver a caminar tan de madrugada para no encontrarse con la diabla que un día le contara su abuela.
CUENTO”LOS ESPIRITUS DEL ESPEJO”, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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