La razón de
la locura
LA LOCA DEL CONCEJO
Eran las
ocho de la mañana cuando el secretario del concejo municipal llamó a lista. No
hay cuórum dijo. Continuamos dentro de una hora. A las ocho y media entró una dama quien lucía
en el cabello rosas rojas, una larga falda roja y una blusa azul. Saludó a los
concejales presentes y ocupó el lugar de un concejal ausente. Señor presidente empiece la sesión, dijo la dama. No es posible,
falta un concejal para hacer mayoría, solo uno. Conmigo hay mayoría, empiece
señor presidente. Todos los presentes rieron.
Pido la palabra señor presidente, gracias, y sacó del corpiño un papel y
leyó con voz fuerte. Proposición por medio de la cual solicitamos la renuncia del alcalde por no
cumplir con sus obligaciones. Proposición en discusión, se va a cerrar la discusión,
¿aprueban los honorables concejales la proposición? En ese momento llegó un
concejal y la dama preguntó: ¿señor concejal aprueba la proposición? El recién llegado
dijo: voto positivo y soltó la risa. Entonces está aprobada la proposición. La dama se levantó y
saliendo del recinto comentó: aprendan señores concejales, así es como deben actuar,
solo saben presentar condolencias cuando
un ciudadano muere. La dama soltó la
carcajada y quitándose las rosas, las
beso y las lanzó al recinto del concejo.
CUENTOS AL
AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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