LA RAZON DE
LA LOCURA.
Llegue contratado como enfermero a un hospital
psiquiátrico y allí conocí diferentes personajes que me llevaron a cambiar de
modo de pensar frente a muchas cosas de la vida. Conocí a Antonio Francisco de
Paula Simón Manuelita Manuela Spaski Pele. Al año de estar en este lugar me
retire para continuar laborando en otra ciudad en el hospital psiquiátrico de
ese lugar. Después de treinta años de estar en este trajín el recuerdo de
tantas personas conocidas que no eran ellas sino otro u otros a la vez me lleva
a escribir para dejarlos descansar. Recuerdo cuando conocí a Antonio Francisco de Paula Simón Manuelita
Manuela Spaski Pele. Era un día lunes, llovía y hacía frío y él estaba bajo la
lluvia mojándose y se reía con gusto que daban ganar de reír también. Fui hasta
él y después de saludarlo me presente y le dije me llamo Antonio José. Él me dijo yo también me llamo Antonio , soy
Antonio Francisco de Paula Simón Manuelita Manuela Spaski Pele, y como hoy es
lunes solo dígame Antonio. Como a los dos años de mi retiro de este afamado
hospital regresé un día para saludar viejos amigos y pregunté por Antonio Francisco de Paula Simón Manuelita
Manuela Spaski Pele. Contaron que un día
Miércoles, los miércoles se llamaba Simón, salió a caminar por la carretera que une
Tunja con Bogotá y pasando por el Puente de Boyacá empezó a gritar invitando a
los fantasmas de su mente a pelear y se enfrentó a una tracto mula que en ese
momento pasaba por el puente vial y allí murió atropellado. Sentí tristeza
porque este amigo en ese momento era Simón Bolívar. Los lunes era Antonio
Nariño, el martes se llamaba Francisco de Paula Santander, el miércoles era
Simón Bolívar, el jueves era Manuelita Saenz, el viernes decia que era Manuela
Beltran, el sábado era Boris Spaski y ese día jugaba ajedrez sin emplear
tablero y el domingo era Pele.Fue enterrado como N.N en un pueblo cercano y un
día empezó a hacer milagros. Averigüé donde estaba su tumba, coloque una lápida de mármol con su verdadero nombre: Antonio Francisco de Paula Simón Manuelita
Manuela Spaski Pele. Los milagros se multiplicaron.
CUENTOS AL
AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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