Su imagen se grabó en su mente y su corazón dio un salto. Un asesino bello físicamente es raro, pero el perfume es el mismo de aquella horrible noche. Las partes del cuerpo de la mujer fueron numeradas y empacadas en bolsas de color rojo. Solo faltaba la mano derecha. La buscaron por la habitación de este afamado motel campestre y después por los jardines, por la arboleda y en la piscina. No encontraron tampoco el vestido de la mujer muerta quien entró acompañada de una dama descrita como una hermosa mujer de ojos color violeta.
CUENTO AL AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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