BIENVENIDOS LOS HUMANOIDES-
Aquella mañana Aura se levantó temprano para ir al madrugón de un supermercado que ofrece la última versión de robots o humanoides o androides que realizan cualquier clase de oficio en el hogar. Solo trajeron cien unidades y por eso debe estar a las dos de la mañana haciendo fila para alcanzar a adquirir un robot que le ayude a las labores domésticas y otros asuntos. Ella desea adquirir esta versión que fue exhibida en la feria de la ciencia y la tecnología. Cuando Aura llegó había una larga cola y retiró la boleta número 100. Ella se llevaba el último androide. Miró el catálogo y vio las características de este modelo: habla sesenta idiomas, toca violín, lava platos y los seca, limpia el piso, conduce el automóvil, saca el perro a pasear, canta vallenatos, rancheras y carrangueras, prepara la comida, es especialista en hamburguesas, hot dog, juega fútbol americano y golf. Aura estaba feliz porque se sentía propietaria del robot más avanzado creado por una firma japonesa en unión con una empresa alemana. Aura vive sola porque su marido se fue de viaje desde hace diez años y no volvió. A las cuatro de la mañana abrieron el supermercado y la gente empezó a salir con su androide envuelto en papel de regalo. Es difícil distinguir entre un robot humanoide y un humano de verdad. Son igualitos. La diferencia está en que el robot no necesita cariño, ni amor, ni consentimiento; cuando sufre algún desperfecto debe llamar a un técnico y por Internet avanzado recibe las instrucciones y cualquiera lo puede arreglar. Aura salió feliz con su humanoide. Todo el mundo vio que esta señora iba acompañada de un joven de unos diez ocho años de edad que caminaba como un robot. Llegó a la casa y en cuestión de un minuto el robot lavó los platos, la ropa, limpio el piso, y sacó el gato a pasear al parque. Llamó por Videófono a sus padres y les contó de las maravillas que hacia el robot y vinieron a conocerlo. Escucharon las interpretaciones que realiza el humanoide con el violín. Fue un precioso concierto de música clásica. El robot cantó opera y preparó unas hamburguesas las cuales serán recordadas por su exquisito sabor. Una noche, RX400 que así se llama esta máquina casi humana, leyó para Aura la novela EL PLANETA DE LOS HUMANOS escrita por un desconocido. Cuando terminó de leerla, RX400 expresó que a él no le gustaría vivir en ese planeta donde violan a los niños, roban, matan, donde los políticos engañan al pueblo, hay guerras por cualquier motivo…Aura se puso a llorar, lo abrazó y no comentó que él estaba en el planeta tierra, el planeta de los humanos...
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