Entró la gerente del banco a su oficina y vio a un anciano sentado con una lechuza de madera quien sonrió con cariño. La gerente saludó y se preocupó por el anciano quien permanecía sin decir una palabra. No respondía a las inquietudes de la bella mujer. Salió y llamó a un vigilante del banco para que retirara el anciano. A la oficina entró el vigilante pero no vio al personaje. ¿Dónde está? preguntó y la gerente expresó que hace un minuto estaba ahí sentado con una lechuza de madera.
CUENTO AL AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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