lunes, 7 de marzo de 2016

La mañana del 7 de agosto de 1.819 me levanté con un tremendo guayabo y con deseos de seguir bailando con esas tunjanas tan bonitas. Llegó la noticia que Barreiro estaba en movimiento y salimos en estampida como alma que lleva el diablo, para la loma de San Lázaro. El guayabo se me pasó, me puse en estado de pelea, de no ir a cometer un error militar, el momento era de vida o muerte.
Recuerdo que desde este lugar observé que Barreiro se movía de Motavita para Bogotá. 
BOLIVAR LLORA EN EL PUENTE DE BOYACA, REYNALDO CABALLERO CACERES.

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