lunes, 30 de noviembre de 2015
A las cinco de la mañana desde la ventana del apartamento donde vivo, miro la luz de una ventana de una casa de dos pisos y veo a un hombre que se mueve despacio y cuando sale el sol desaparece. Su ventana esta iluminada y permite reconocer al hombre. Un día lo observe con anteojos de larga distancia. Usa cachucha, tiene barba y el cabello largo. Todos los días se ve en la ventana de su residencia. Con deseo de conocerlo timbre en esa casa y salió una señora de unos cincuenta años de edad. Comente que todos los días veo al señor parado en la ventana y deseo charlar con él. Esta mañana mientras lo miraba con los anteojos de larga distancia me saludo y me hizo señas para que lo visitara. La señora me mostro una fotografía y le dije que era el mismo. La señora con tristeza conto que había fallecido hace dos años. No volvió a salir a la ventana, desapareció para siempre.
CUENTO AL AMANECER, REYNALDO CABALLERO CACERES.
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