lunes, 23 de noviembre de 2015
CANTO SEGUNDO
¡Váyanse!, ¡váyanse!
Arrancan la tierra,
construyen mansiones
con la tierra nuestra.
Hacen casas con tierra.
La tierra es para labrar.
Se dicen encomenderos,
trabajamos para ellos,
tenemos hambre en nuestra tierra,
tenemos sed en nuestros ríos y lagos
¡Váyanse!
Violan nuestras hijas
No queremos esos hijos
El caracol de oro no canta
Hablamos su lengua
Nuestra lengua se olvida
Mi música no es su música
Su música inunda los valles,
Ya no bailamos.
Llegaron otras enfermedades
el tegua desconoce la curación
Morimos diez veces cien
Mi pueblo no canta.
Enterramos nuestros hijos
vuelven a la tierra al viaje eterno.
Boyacá esta triste,
Cundurmarca llora.
Llora el corazón,
el venado se acaba
Matan al cóndor .
La montaña esta triste
¡Váyanse!
Traen un dios
que no conocemos
Nuestro dios es todo
Caminemos, caminemos,
vamos a morir
en lo alto de la montaña
Es la hora de morir
Abajo está el rio
Volamos como pájaros
Morimos sin nombre
Somos esclavos
Somos explotados
Hay nuevas leyes
Todos roban
Todos matan
La ley del más fuerte
reina en la tierra
del hombre- hijo del sol-
nuestras hijas traen
el nuevo hombre
Mescla de ellos y de nosotros
¿Quiénes somos?
Chia se oculta
Hunza es Tunja
Mancillaron a Hunza.
Sobre Hunza
de nuestro corazón
fundaron a Tunja
de su corazón
construyeron casas para dios
y dios es muy grande
la casa del hombre
es muy grande
y la de dios es pequeña
trabajamos para ellos
ahora tenemos hambre
el fuego del templo del sol
será eterno
como las estrellas
como fagua ,
el lucero de la mañana,
por siempre y para siempre
el fuego
es nuestro
como los ríos,
selvas,
llanuras,
montañas,
nevados,
valles,
todo es nuestro.
Sobre nuestros pueblos
construyeron sus pueblos
“Quira” es mi pueblo
Llamen a “zeta” la culebra
Luchemos
¿Dónde están
los “tivas”, los capitanes
de mi pueblo?
que vengan los laches,
que vengan los muzos,
los guanes,
los caribes,
los pijaos,
los yariguies,
los motilones,
los Uwas,
el cuerpo pintado de guerra,
las plumas de papagayos,
de guacamayas,
protegen a los hijos de Ca, la tierra mía,
Somos diez veces mil.
Trajeron al hijo de la noche.
En andas lo pasean por
los pueblos nuestros,
tocamos su piel,
no es pintado de negro,
es un negro.
No lo toquen
Morimos por diez veces cien
Llegó la viruela dicen ellos.
El rio Itoco se esconde
Quipama llora
La tragedia de un pueblo
será recordada por siempre.
Llamen a Bochica nuestro padre,
Cuitiva lo esconde
Enséñenos a luchar
CANTO A LA TIERRA, REYNALDO CABALLERO CACERES
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario