viernes, 10 de marzo de 2017

Aquella mañana entró una señora con una niña en la mano a un almacén de electrodomésticos y negocio una lavadora de ropa. La señora partió feliz para su hogar a estrenar la lavadora. El día continuaba y en el almacén estaban felices porque la gente se paraba en la vitrina y sonreían. Entro una dama muy elegante y pregunto por el valor de la niña que ofrecían. Los empleados del almacén quedaron sorprendidos cuando vieron a una niña parada en la vitrina y un letrero a un lado que decía: SE VENPERMUTA. La niña contó que su mama le dijo: quédese aquí paradita y espéreme que ya vuelvo, no se vaya a mover...
REYNALDO CABALLERO CACERES

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