viernes, 17 de marzo de 2017

Llego temprano a la entrega de casas gratis, recibió las llaves de mano del alcalde, abrió la puerta y comenzó a entrar todo lo que trajo en un carro tirado por un caballo. Eran cartones y colchones viejos, latas y tres piedras que eran el fogón que tenía allá en su rancho. Al mes entregó la casita y volvió a vivir al cambuche. Sin trabajo, sin comida para echarle a la olla, los niños sin escuela, la mujer esperando,. La vida es muy dura. Hasta luego vecino. Regreso a mi rancho.
CUENTOS AL AMANECER,” REYNALDO CABALLERO CACERES

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