En este pueblo todos andan agachados, caminan escribiendo mensajes por celular. A veces se estrellan contra otras personas. Hablan solos por la calle, grita, se ríen, se paran, continúan hablando, siempre hablando solos con el celular en la oreja. Conducen con una mano y en la otra llevan el celular. En los restaurantes se sientan y empiezan a hablar por celular sin interesarle el acompañante. Estamos en la era de los agachados y de los que hablan solos.
CUENTA AL AMANECER. REYNALDO CABALLERO CACERES
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