Entró la gerente del banco a su oficina y vio a un anciano sentado con una lechuza de madera quien sonrió con cariño. La gerente saludó y se preocupó por el anciano quien permanecía sin decir una palabra. No respondía a las inquietudes de la bella mujer. Salió y llamó a un vigilante del banco para que retirara el anciano. A la oficina entró el vigilante pero no vio al personaje. ¿Dónde está? preguntó y la gerente expresó que hace un minuto estaba ahí sentado con una lechuza de madera. Continúo la gerente trabajando y de pronto sintió que era observada, alzó la cabeza y descubrió al anciano quien sonrió. Fue invitado a retirarse del lugar porque ella tenia bastante trabajo ese día…el anciano no hablaba, solo sonreía. La gerente oprimió el botón de pánico y aparecieron en forma inmediata tres vigilantes con revolver en mano… como no vieron a persona alguna, preguntaron la razón por la cual oprimió el botón de urgencias. La gerente dio disculpas porque fue un error y espera no volverlos a llamar. La gerente quedó pensativa y cree que esta sufriendo de los nervios. De pronto ve al anciano sentado con la lechuza de madera la cual mide unos dos metros de alto. El anciano pide que no tenga miedo, que no se angustie, explica que solo ella lo ve porque él se encuentra en la cuarta dimensión. El anciano explica que ha venido hasta ella buscando protección porque la lechuza es la última de su especie. De pronto se abre la puerta y entra un vigilante quien le pregunta si esta bien..ellos desde sus monitores están oyéndola hablar con un personaje que no existe…la gerente manifiesta que no se preocupen que hoy ella esta hablando sola. El anciano desapareció y no volvió ese día a aparecer.
Reynaldo Caballero Caceres
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